Morcón ibérico de bellota, casi chorizo... pero sólo casi

Al hablar de embutido ibérico, seguro que se te viene a la cabeza el jamón, el lomo o el chorizo porque son los productos más conocidos del cerdo. Otro producto exquisito que también se obtiene del mismo animal y que está considerado uno de los grandes manjares para el paladar es el morcón ibérico.
El morcón de raza ibérica tiene unas características muy parecidas al chorizo ibérico, pero se pica y adoba de diferente manera, además su carne es más jugosa y blanda. Se elabora con trozos de carne magra del cerdo, generalmente de la paletilla, cortados en grandes dimensiones y envueltos en el apéndice del intestino grueso. El chorizo, por el contrario, utiliza el intestino delgado para esta acción.
Posteriormente, se adoba con ajo, sal y orégano, además de incluir pimentón, responsable de proporcionar a la pieza ese intenso color rojo tan característico de este producto. Es necesario dejarlo secar, de forma natural, antes de proceder a su consumo. Seguidamente, se compacta y se ata con un hilo o se coloca una malla elástica para unir toda la unidad y poder presentarlo con una consistencia óptima.
El proceso de embutido es uno de los más cuidadosos en su elaboración. Se debe limpiar de manera exhaustiva la tripa, para que no quede ningún hueco en el que se aloje aire y otras impurezas. Esta tripa se rellena a mano, se anuda en sus extremos, y se pincha con un alfiler para eliminar cualquier pequeña oquedad que pueda contener aire. Como se puede comprobar, la receta y el proceso de elaboración empleado es el mismo que se ha usado tradicionalmente.
Cuando el morcón ibérico se embute, hay que dejarlo curar. El tiempo requerido para obtener un buen producto es amplio, de al menos ocho meses. Ese periodo tan amplio es tan elevado porque es, por lo general, una pieza bastante ancha, y es obligado un trabajo de paciencia y buen hacer.
¿Y cómo podemos consumir el morcón ibérico? La manera más rápida, sencilla y tradicional es sin duda a modo de tapa, con un poco de pan. Pero las opciones que nos ofrece el morcón son muy amplias.
Es evidente que el morcón tiene una serie de peculiaridades indudables. Además, su sabor es bastante peculiar. Llama la atención que no pica en el paladar ni en la lengua al morderlo. Su textura es muy blanda, no cuesta nada masticarlo. Es un alimento altamente energético, rico en grasas y proteínas mientras que el contenido en hidratos de carbono es muy bajo. Destaca por ser más jugoso que el chorizo y por tener una intensa coloración roja con algunas manchas blancas y destellos anaranjados.
Por un precio muy asequible podemos tener en nuestra casa una pieza de morcón para poder agasajar a nuestra familia e invitados con un producto de alta gama, haciendo así que sus paladares disfruten de un producto excelente, menos conocido que el resto de embutidos ibéricos.
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